«Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti».
«Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan«.
Estas palabras dijo la Virgen Santísima durante su aparición El 27 de noviembre de 1830 a Sor Catalina Labouré.